Los navíos de aviso eran unas ligeras embarcaciones, de menos de 60 toneladas que, en el siglo XVII, se encargaban de llevar a América la noticia de que la flota estaba para salir.

No llevaban pasajeros, aunque algunos se escondían en ellas. También se usaban para llevar la correspondencia entre España y las colonias americanas, ya que los grandes navíos hacían el viaje una vez al año o a veces en períodos más largos. Por su maniobrabilidad, también advertían de posibles naves piratas que podían atacar a la flota.